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Por su naturaleza las aves son sagradas.



La bóveda celeste aparece para el hombre religioso como algo totalmente distinto de su espacio terrestre, como algo inalcanzable, representa lo trascendente, la realidad absoluta, la fuente de luz y de vida, la fuente del bien. Por el cielo transitan el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas, fuentes de luz en tiempos de oscuridad. El cielo representaba también el orden y la regularidad del universo, se podría decir que el tiempo nació con el cielo.


Los mayas creían también que del cielo vienen las energías primordiales de la vida que permiten la existencia de seres vivos en la tierra. Por estas y otras razones, en todas las religiones lo sagrado se ubica en el cielo. El simple hecho de vivir ahí, de venir del cielo suele ser sinónimo de sagrado.


Por todo lo anterior, cualquier ser vivo que pueda ascender a los cielos por naturaleza propia es entonces naturalmente sagrado. Las aves encarnan a la perfección esta metáfora.


Entonces el vuelo de las aves es lo que las hace sagradas, y como consecuencia de esto su voz fue considerada un lenguaje sagrado, eran las palabras de los dioses cifradas en el lenguaje de los pájaros. Entender el lenguaje de las aves permitiría al hombre acceder a las realidades divinas. El lenguaje de las aves es ritmado, por eso las oraciones y los cantos son rítmicos; en general, todos los textos sagrados están escritos en lenguaje ritmado.


En la mayoría de las cosmogonías, el lenguaje es creación: los dioses generalmente crean con la palabra, dar nombre a las cosas es darles ser. Por estas razones, las aves, hermanadas con el cielo, están asociadas a los dioses creadores.



En el planetario de Cozumel hemos avistado gran cantidad de especies de aves de la región, conoce nuestro registro en Naturalista


Texto basado del libro "Aves sagradas de los mayas" de Mercedez de la Garza


Notas de Cha'an Ka'an

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